En el caso de Freud “el Hombre de los lobos”, ubicaremos el sueño y la alucinación del dedo cortado como marcas de encuentros con lo real en la infancia. Son encuentros traumáticos que fuerzan, cada vez, al sujeto a realizar una elección de goce. Encuentros silenciosos, que resuenan para el sujeto como acontecimientos de cuerpo y que determinarán la estructura  que se fijará, se escribirá, en el desencadenamiento a los 18 años.

 

 PARTICIPANTES

Lic. Nora Piotte – Lic. Mónica Jacob